¿Por qué no debo temer una endodoncia?

No hay por qué tener miedo de hacerse una endodoncia, sobre todo con los avances en anestésicos dentales que han mejorado significativamente la comodidad del procedimiento. Desde 2003, la introducción de la septocaína, un potente anestésico local, ha hecho que los procedimientos dentales, incluidas las endodoncias, sean mucho más cómodos. Este anestésico es muy eficaz en adormecer el área de tratamiento, asegurando que se siente poca o ninguna molestia durante el procedimiento.

Antes, las endodoncias podían ser largas e incómodas, a menudo duraban entre 3 y 4 horas, y los pacientes tenían la sensación de no estar suficientemente anestesiados. Sin embargo, con las tecnologías y anestésicos actuales, el proceso no solo es más rápido, sino que también minimiza cualquier sensación de dolor.

Además, muchos pacientes sienten un dolor mínimo tras la intervención. Una vez finalizada la endodoncia, suele desaparecer cualquier dolor preexistente causado por la infección, y la recuperación suele ser sencilla.

Por lo tanto, si usted es aprensivo acerca de un tratamiento de conducto, puede estar seguro de que las prácticas dentales modernas han evolucionado para hacer de este un tratamiento tolerable y, a menudo sin dolor. No hay necesidad de soportar las molestias de una infección dental cuando una endodoncia puede resolver el problema eficazmente.